Tragedia ambiental en Brasil: Un acuerdo millonario que aún enfrenta críticas y desafíos de justicia
26 de octubre de 2024 – En un intento por paliar el devastador desastre ambiental de 2015 en Brasil, las autoridades brasileñas y las compañías mineras Vale y BHP firmaron un acuerdo de indemnización de casi 30.000 millones de dólares. El colapso de la presa en la ciudad de Mariana se considera el peor desastre ambiental en la historia de Brasil, cobrándose la vida de 19 personas, afectando profundamente a las comunidades indígenas y rurales, y liberando millones de metros cúbicos de desechos tóxicos en el río. Doce y el océano Atlántico, arrasando con ecosistemas y modos de vida locales.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, presente en la ceremonia de firma del convenio en Brasilia, expresó un sentimiento que muchos comparten: “Habría sido mucho más barato evitar lo que sucedió, infinitamente más barato”, en clara referencia a los costos que conlleva la devastación ambiental y humana frente a la prevención. Sin embargo, aunque este acuerdo de reparación es visto como un avance histórico, muchas voces sostienen que es insuficiente.
Un acuerdo con deficiencias y cuestionamientos
A lo largo de los años, múltiples incumplimientos y demoras en las compensaciones han provocado descontento en las comunidades afectadas y en los movimientos ambientalistas. El Movimiento de Afectados por las Represas (MAB) expresó que, aunque el acuerdo ofrece una esperanza, no garantiza una reparación completa de los daños y carece de justicia ambiental. “El valor pactado es insuficiente para lograr la reparación integral de los derechos de las víctimas”, indicó el MAB, que exige condenas efectivas para los responsables de la tragedia.
Además, 620.000 damnificados han iniciado un juicio contra BHP en Londres, buscando 46.800 millones de dólares. Los abogados del caso sostienen que el acuerdo en Brasil, aunque importante, no reemplaza la justicia que los afectados obtienen en otros tribunales, dada la falta de consulta con las víctimas y la prolongación de algunas reparaciones a lo largo de veinte años.
Impacto ecológico y las lecciones aún por aprender
La catástrofe de Mariana expuso la negligencia en las prácticas de seguridad ambiental en la industria minera y la ausencia de regulaciones efectivas que protejan los recursos naturales y las comunidades vulnerables. La liberación de 40 millones de metros cúbicos de lodo tóxico afectó 600 kilómetros de río, provocando una extinción masiva de especies acuáticas y la pérdida de biodiversidad en zonas que aún no logran recuperarse.
El acuerdo establece una inversión futura en recuperación ambiental y reasentamientos, pero el desafío radica en asegurar que estos compromisos se ejecuten de forma transparente y eficiente. “Es importante recordar que no sabemos lo que fue hecho con estos recursos”, advirtió Lula, subrayando la necesidad de supervisión constante.
Justicia ambiental y reparación para las generaciones futuras.
En un contexto global donde el cambio climático y la crisis ecológica imponen una presión inédita sobre las políticas medioambientales, el caso de Mariana debería servir como un llamado urgente a la acción. No solo es crucial que las minas cumplan con sus obligaciones, sino también que el Estado garantice que estos fondos se traduzcan en restauración efectiva y justicia para las víctimas.
La historia de Mariana y su río Doce es una advertencia: la verdadera reparación no se mide solo en cifras, sino en el compromiso tangible con el respeto y la protección de nuestro entorno natural y de quienes lo habitan.
Fotos AFP Y Reuters
Info Página 12, Clarin y Swissinfo