Por Marcelo Insúa
¿Dónde están las feministas ahora? Esta se tornó en la pregunta más frecuente de las últimas semanas en todas las usinas libertarias.
Militantes y periodistas “des ensobrados” gritan a coro esta y otras frases como:
“¿Qué paso con la sororidad?”
Todas estas preguntas tienen una dura y cruel respuesta: las feministas, los colectivos de mujeres y la sociedad toda, estamos lamentando 168 femicidios hasta el mes de julio.
Y dado que escribo este artículo el día 18 de agosto del 2024, podríamos decir que estaríamos ya contando alrededor de 180 muertes, tomando la estadística del 2023 que arrojó una víctima cada 26 horas, con un total de 334 mujeres asesinadas y miles de hijos e hijas desamparadas.
En eso están las feministas ahora.
“La casa del encuentro” y “Ahora Sí Que Nos Ven”, dos grupos de feministas organizadas, son las únicas entidades que llevan un registro de femicidios desde el año 2008 hasta la fecha. Ambas poseen observatorios que recaban información al respecto y visibilizan la cuestión.
Si no fuera por ellas, nadie sabría cuántas mujeres mueren en Argentina producto de la violencia de género. Gracias a ellas se visibilizan las víctimas, gracias a estas feministas les ponemos nombre y apellido a sus asesinos.
¿Parece increíble?. Claro que sí, pero no hay organismos estatales que informen públicamente sobre el tema, el colectivo feminista “Ni una menos”, viene exigiendo desde el 2015 que se cree un registro oficial de víctimas, pero no se ha logrado todavía.
Entonces la pregunta no es ¿Dónde están las feministas?, la verdadera pregunta es ¿Dónde está el Estado?, previniendo y evitando las muertes.
En una extraña, pero siempre creíble voltereta de la política argentina, aquellos que cosecharon votos a raudales entre los sectores reaccionarios deseosos de volver atrás con las conquistas del feminismo, son ahora los primeros defensores de la legislación sobre violencia de género.
Los libertarios se rasgan las vestiduras preguntándose por qué no se defendió a Fabiola y aprovechan la oportunidad para ensuciar al feminismo.
Enhorabuena que reconozcan la violencia de género. Bienvenidos a las huestes del reconocimiento de la desprotección que sufren las mujeres y de la inequidad en todos los aspectos sociales. Pero entonces no sean cínicos; acepten que todas esas conquistas fueron producto de la lucha de las mujeres.
“Esos” colectivos, “esas” feministas, “aquellos” varones que solo acompañamos y los millones de mujeres víctimas de la violencia, hicieron posible que hoy existan legislaciones que otorgan tratamiento especial a las denunciantes y que ponen en el foco de la condena social a los varones golpeadores.
No pretendan endilgarle la culpa de una mujer golpeada a las mujeres, eso es más violencia machista. Es el típico argumento del varón golpeador y asesino, “ellas siempre tienen la culpa”.
El feminismo no es propiedad de ningún sello en particular, el feminismo es una forma de ver el mundo que reconoce y denuncia una relación tradicional de dominación por parte del hombre hacia la mujer. Una relación que las ha relegado durante cientos de años a la tarea de la reproducción social, sin igualdad de derechos ni de oportunidades.
Sí se comprueba, como denunció Fabiola Yañez, que la ex ministra de la mujer hizo oídos sordos a sus denuncias, no significa que dicha agencia estatal fuera inútil; lo era la funcionaria.
Se supone que un ministro o un secretario de estado, es el responsable de un área determinada, allí radica su rol de fusible ante problemáticas no resueltas o errores de gestión.
Ahora bien, si no existe ese ministerio o esa secretaría, si se cierran todo el tiempo agencias que intervienen en la materia ¿Quién se hace responsable por parte del Estado?