El sábado 28 de septiembre de 14 a 21 en Tea y Deportea se realizó la primera Feria de Autoras, con la coordinación de las periodistas Agustina Larrea y Florencia Angilletta.
Desde “Despierta Progresismo” cubrimos la apertura y el primer panel. La jornada arrancó con las palabras a cargo de Mariana Roveta, directora en TEA.
Dijo que la Feria de Autoras es la alegría de un espacio compartido entre iguales y la certeza en un mismo acto, de que este espacio existe porque es necesario pelearlo: “mujeres reunidas creando y tomando la palabra”.
“La existencia de esta primera feria también nos recuerda que nuestra condición de mujeres persiste en el lugar de lo diferente de aquello que se sale de la norma” y agregó “No es noticia que las mujeres sean autoras, siempre hemos tenido algo para decir”.
Seguido comenzó el primer panel. Vanina Escales hablo sobre su trabajo como autora del libro: La vida de Salvadora Medina Onrubia.
“Me interesó de qué forma ella había dialogado con su época. Era un problema y un interrogante. Otra pregunta que siguió, fue qué pasa con las que no están en la historia. Las que quedan al margen. O las que no quedan. Estas preguntas son las que surgieron para escribir este libro. Son luchadoras, feministas, poetas pero no estan”.
Soledad Vallejos autora del libro Amalita (la biografía de Amalia Fortabat) expresó que “Tengo que llegar a entender cosas a través de ese personaje que elijo. Buscamos con mi co-atuora Mariana Abiuso en Buenos Aires, Olavarría, Loma Negra. Contrastando testimonios. Cada uno construye una biografía y en eso hay un poco de ficción. Sin embargo a mí me gusta mucho investigar. Tener un respaldo en lo que escribo. Me obsesioné con Amalita”. Y agregó que respecto a las fuentes hay tener una relación profesional. No hacerse amiga. Eso hace un intercambio más virtuoso.
Fernanda Nicolini autora de Los Oesterheld, junto a Alicia Beltrami señalo que “Nosotras queríamos contar la parte de militancia y lo que ocurrió con las hijas. Lo que no estaba contado. “4 chicas hermosas que desaparecieron, se las chuparon”, lo que se sabía era como una foto”.
“En el medio no había nada. Con intuición feminista empezamos a preguntarnos por qué cuatro personas que fueron militantes, a la par de sus compañeros no están en la historia. Y solo son como un apéndice de lo que les pasó a la Familia Oesterheld. Amo la literatura, y con esta historia quería hacer algo al estilo “La Guerra y la Paz”. Vos podés estudiar una familia y ver en su historia una época, con un nivel de complejidad alucinante. Nuestra pretensión era esa. Y teníamos una ventaja ni Alicia ni yo habíamos sido militantes ni habíamos vivido esa momento. Eso nos daba cierta distancia, sin culpas ni preconceptos. Poder conocer desde cero lo que había pasado. En la mayoría de los libros sobre montoneros que nosotras habíamos leído, sus autores habían estado involucrados, entonces siempre tenían una versión personal. En nuestro caso teníamos la posibilidad de narrar sin haber sido parte”.
Para Nicolini poder poner el foco en estas 4 mujeres era una buena forma de recoger las voces de los de abajo, los que no eran ni Firmenich ni Galimberti que siempre están nombrados y ya tenían biografías. “En cambio, no estaban tan narradas las historias de los militantes de base”.