Propone un partido competitivo y moderno, socialdemócrata, que retome el protagonismo Nacional.

 

El senador Martín Lousteau se posiciona como una figura crítica y analítica dentro del panorama político argentino. Salta por arriba el péndulo entre kirchnerismo y la derecha, y propone una opción socialdemócrata actualizada, razonable, y proactiva.

Le reprocha a Milei porque sus iniciativas parlamentarias ofrecen beneficios por 30 años a inversiones millonarias extranjeras, abren la importación sin aranceles y blanquean a evasores seriales pero no proponen nada para las pymes locales. También reclama lo paradójico de llamar “Ley Bases” a un paquete que no tiene una sola medida sobre educación ni sobre cómo paliar los problemas de la mayoría de los argentin@s.

Pero Lousteau es mucho más que el personaje de la semana, tiene un discurso bien sólido, reivindica los valores del alfonsinismo, y su enfoque en la legislación que propone tiene una mirada desarrollista con vistas al presente y perspectivas a futuro. Insiste en que no se debe votar “cualquier cosa”. Y aclara: “No queremos volver al pasado”,  pero también se resiste al seguidismo abriendo debates con lenguaje claro y conceptos que renuevan la perspectiva progresista.

Una de las críticas más recurrentes hacia Lousteau por parte de algunas dirigencias y de un sector de los medios de comunicación es la supuesta soledad en su lucha. Lo han llamado desde “infausto” hasta funcional al kirchnerismo. Y él responde: “Estuve 2 años solo en el Senado peleando contra los K”. Ahora vota diferente a los senadores que conforman su bloque y cuestiona a Milei.

Es el presidente del partido, ¿realmente está solo? ¿El radicalismo es lo que piensa Lousteau o lo que piensan los otros senadores?

Lousteau representa una voz creciente dentro del radicalismo, un partido que busca recuperar protagonismo nacional y presentarse como una opción competitiva. Juntos por el Cambio no existe más. El Pro se alió con Milei. Se abre una oportunidad.

También representa la voz de buena parte de la sociedad harta de tener que votar “en contra de”.

Muchos líderes cuando comenzaron a gestar movilizaciones políticas disruptivas parecían estar en solitario o los etiquetaban de aislados. Construir mayorías desde abajo, genera resistencias.

El propio Raúl Alfonsín, en sus inicios enfrentó una fuerte oposición y parecía en minoría. Sin embargo, su persistencia y visión a largo plazo le permitieron consolidar un movimiento que transformó la política argentina y lo llevó a ser el primer presidente de la democracia.

Lousteau reconoce la necesidad de un Estado moderno y eficiente, pero que mantenga su rol de árbitro y también de promotor/ regulador con relación a sectores estratégicos y enclaves vulnerables. “Creo en un estado que se desburocratice, pero creo en el estado”, afirma, destacando por ejemplo la importancia de un equilibrio entre privatización y estatización con una planificación adecuada. Cita ejemplos históricos de fallas en las privatizaciones, como la del Correo en los ´90 y Aerolíneas Argentinas con Marsans, para argumentar que las decisiones deben basarse en un plan que contemple la realidad y los intereses de nuestro país. Tener por ejemplo en cuenta las distancias y las necesidades de las pequeñas ciudades para reestructurar empresas públicas. No es todo blanco o negro.

El panorama actual del radicalismo está cambiando.  Lousteau, busca salir de esta inercia partidaria de hacer política para “salvar las papas” y empezar a posicionar a la UCR como una alternativa de poder fuerte y viable.

“Voy a tratar de construir un espacio y volumen político para que estas ideas que sostengo puedan llevarse adelante”, asegura.

Lo apoyan much@s pero no son tan visibles. La OTR, la Franja, la juventud, toda una generación de militantes y simpatizantes radicales que se habían ido en diferentes olas pos experiencia De La Rúa y van retomando su participación activa.

Aunque crítico respecto de la motosierra y las políticas fiscales y económicas del gobierno actual,  reconoce que un cierto ajuste es imperativo, pero no del modo en que se aplica ahora, donde no hay un rumbo definido. De hecho, alerta sobre la falta de motores económicos que impulsen el crecimiento de las pymes y la recuperación de la ciudadanía. “Hay una caída enorme de toda la actividad económica. No veo cuáles van a ser los motores para que las pymes, la clase media vuelvan a recuperarse”, señala poniendo en evidencia la desconexión del gobierno con las necesidades reales. 

¿Empieza a emerger un proyecto movilizador, como fue el alfonsinismo en su momento?, Se verá. Dependerá de cuan amplia sea su convocatoria.

En un escenario político polarizado, su enfoque: desarrollo + igualdad ofreciendo una opción de centro con propuestas integradoras y de progreso, podría funcionar. En un país harto del debate frenético, cerrado y plagado de fanatismos que nos lleva a chocar una y otra vez, Lousteau parece ser un camino prometedor.

Por Laura Echezarreta

Foto de Diario Web
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