DOCUMENTO DEL FORO ENCUENTRO REFORMISTA
POR LAS MÉDICAS Y LOS MÉDICOS DEL GARRAHAN
POR LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES QUE TIENEN DERECHO A UNA SALUD PÚBLICA Y DE EXCELENCIA.
El Hospital Garrahan es un símbolo. Es el modelo de gestión hospitalaria adaptado a la modernidad y a la igualdad. Un pilar de la salud pública de Argentina.
Es un modelo de gestión autónoma y autárquica con presupuesto mixto estatal bijuridiccional y de recursos propios que fue desarrollado e inaugurado por el Presidente Raúl Alfonsín el 25 de agosto de 1987.
Ese gesto político no fue casual: allí donde la dictadura paralizó las obras, la democracia las retomó. Donde había abandono, Alfonsín construyó futuro.
Hoy, casi cuatro décadas después, ese símbolo está siendo degradado.
Desde el Foro Encuentro Reformista expresamos nuestro respaldo al justo reclamo del personal de esta institución de salud, no solo médicos residentes o profesionales del Hospital Garrahan.
Profesionales que cobran sueldos indignos por jornadas extenuantes, que enfrentan la falta de insumos, la fuga de talentos y que, sin embargo, siguen cuidando la vida de nuestros niños y niñas.
Médicos que hoy trabajan más de 60 horas semanales por sueldos de miseria. Médicos que luchan, mientras la conducción del Estado mira para otro lado o los agravia desde redes sociales.
Es un intento deliberado de desacreditar lo público que funciona bien, que es de todos y para todos, para luego justificar su destrucción.
Defender el Garrahan es defender la salud de nuestros hijos/as, pero también es defender el legado de quienes creyeron en un país mejor
Los problemas del hospital no empezaron hoy, pero se agravan cada día. La falta de respuestas efectivas, el deterioro de las condiciones laborales y, en consecuencia, la creciente deserción de médicos residentes son señales de alarma. No hay sistema de salud de excelencia sin médicos bien pagos, sin condiciones dignas, sin respeto.
Instamos al gobierno nacional a dejar de lado las agresiones y a ofrecer una propuesta concreta, sin condiciones extorsivas ni dilaciones.
La salud no puede esperar. La dignidad tampoco.