La periodista del diario La Nación, Luciana Vazquez señala en un análisis político (publicado el 15/6/2022) que: “La nueva batalla contra el lenguaje inclusivo está floja de papeles y ese es un punto clave. La Ciudad no aporta evidencia estadística y científica que acompañe la decisión de terminar con el uso de la terminación “e”, “x” o “@” en las aulas por parte de los docentes con el argumento de la mejora del aprendizaje, tal como lo plantea la resolución que causó tanta polémica. Para la gestión de Larreta, hay una vinculación entre el uso de lenguaje inclusivo y los malos resultados en prácticas del lenguaje de las pruebas FEPBA y TESBA que evaluaron los aprendizajes de los alumnos del último año de primaria y de tercer año del secundario. Sin embargo, no muestra investigaciones e información estadística rigurosa sobre esa relación causa efecto o, como mínimo, esa correlación. (…)”.

Y tiene razón.

La realidad es que Larreta eligió como enemigo público número 1 al lenguaje inclusivo y se propuso levantar la bandera de la educación -sobre todo durante los últimos tiempos de la pandemia y no paró), gastar mucho en publicidad respecto a  la victoria que obtuvo frente al gobierno nacional, para conseguir reabrir las escuelas. Pero… los datos muestran que en el distrito más rico del país, las pruebas Aprender dieron cuenta de una fuerte caída en los aprendizajes de Lengua y un declive en Matemática. (y el lenguaje inclusivo en matemática no tiene participación, ja)

Naturalmente que el factor “pandemia” fue determinante. Ahora bien, también sabemos que la apertura de la presencialidad  dos o tres semanas antes que el resto del país, sumado a la  ahora prohibición del lenguaje inclusivo, no pueden tapar que uno de cada cuatro alumnos porteños (26,4%) no llegan a un nivel satisfactorio en comprensión de textos y un declive profundo en Matemática; y que todo esto  tuvo  un mayor impacto entre los chicos más pobres.

Cuando se compara con el resto del país, los alumnos porteños muestran una mejor performance. ¡Bueno sería!, que en el centro neurálgico del país estemos peor que en algún pueblo pobre del interior con muchos menos recursos.

La pregunta es ¿dónde están “los padres organizados” reclamando por la educación devaluada en CABA?. Tanto se hicieron notar durante la pandemia cuando les tocó hacer de padres/madres/maestros de apoyo en casa, pero ahora que ya de todo esto se ocupan las escuelas y sus maestrxs, liberados de las cargas, las protestas bajaron y nadie repara en la baja “calidad”. La presencialidad abrió paso al vale todo. Incluso aunque ir a la escuela no sirva para mucho.

La propia ciudad en su página web difunde cómo ha ido cayendo el presupuesto destinado al área de educación https://www.estadisticaciudad.gob.ar/si/dnnya/principal-indicador?indicador=e_e1100_gastedu2

Incluso en años donde la pandemia ni existía.

Para cerrar, esta nota no intenta criticar la política educativa de Larreta. Sino que trata de deconstruir discursos “diferenciadores” con fines electorales, que usan ambos polos de la grieta, y mostrar que entre el odio generado por el peronismo  y anti peronismo, lxs únicxs que pierden son (somos) l@s ciudadanos.

Y no hace falta aclarar que la gestión nacional en materia de educación tampoco es destacable. Nadie acá intenta defender nada!. Pero el tema no pasa por ver quien es peor. Sino por el contrario, en exigir a todos los gobiernos, sean de un lado o del otro: que en lugar de buscar como conseguir mayor rédito, de verdad ejerzan liderazgos notables. La política es generar soluciones, es buscar la forma de lograr un cambio que logre el progreso colectivo de cada habitante. No se trata solo de lograr el video más ingenioso para Tik Tok.

Tik Tok debe servir solo para comunicar, no como un fin en sí mismo.

 

Nicole Polansky

Nota del diario La Nación a la que hace referencia esta crónica https://www.lanacion.com.ar/politica/larreta-bicefalo-y-la-guerra-del-lenguaje-inclusivo-nid15062022/

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