Santiago de Chile esta militarizada. El presidente Sebastián Piñera anunció una agenda social de unidad nacional. Al mismo tiempo que se conoció un audio de su esposa, muy alarmada, en el que dolida expresa: “vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y repartir con los demás”.
Conocido como el milagro Chileno, en realidad en los últimos días mostró otra cara. Todo empezó con un aumento al transporte que fue repudiado por los estudiantes. Aunque el gobierno dio marcha atrás, la protesta se multiplicó y explotó una gran crisis que sumo a las clases bajas y medias. Esto dio lugar a que el presidente dictara el toque de queda. Sin embargo, la cuestión sigue cada vez más tensa y ya dejó al momento 18 muertos.
Según datos de la Cepal, el 1% más adinerado del país se quedó con el 26,5% de la riqueza en 2017, mientras que el 50% de los hogares de menores ingresos accedió solo al 2,1% de la riqueza neta del país.
Marco Enríquez-Ominami de de 46 años, dirigente chileno de izquierda que obtuvo el 20% como candidato a la presidencia por fuera de las estructuras partidarias tradicionales estuvo en Argentina y participó de varios programas de radio y tv . Analizó en las últimos horas el conflicto de Chile. Dijo que no solo es una rebelión de los más pobres sino que es fuertemente de las clases medias. Lo que el presidente Piñera anunció fueron medidas que intentan bajar el sentimiento de abuos que tienen los ciudadanos. La demanda es de más justicia social. Chile es una de las sociedades más desiguales. Se les dijo que el sueño americano a la chilena era posible. Estamos desindustrializándonos. Solo vendemos tres productos cobre, madera y salmon – con poco valor agregado- y tenemos 50 tratados de libre comercio. Hay un estado achicado. Y hay deuda privada. Pero no solo de bancos sino de las grandes tiendas que son financieras que no consolidan su deuda. En Chile todo esta privatizado y el Estado tiene muy pocos deberes.
Y agregó que los ingresos son bajos. Los subsidios son a los individuos no a las instituciones. Tienen que competir para calificar en pobreza. Se abrió la economía a pleno. Pero a cambio se sacrificó el derecho a la educación y a la salud. Con la exucsa de privilegiar la libertad de elegir. Pero quien puede elegir sin dinero?. No financian ni hospitales ni universidades. Como el subsidio es a las personas, es muy difícil que se fortalezca el aparato público. El servicio público compite con el privado sin la misma capacidad. Y puntualizó que no se ha realizado inversión social por ortodoxia. Hoy los que protestan son hijos de una clase media empobrecida. El aumento del metro no es lo relevante. Lo que protestan es contra 30 años de abusos.